El Grupo Fractalia participa en el proyecto Repara 2.0 de I+D+i, iniciativa del programa CIEN del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), perteneciente al Ministerio de Economía y Competitividad.

El proyecto REPARA 2.0 tiene como objetivo el desarrollo de nuevas tecnologías y metodologías que apoyen la gestión de infraestructuras y permitan rehabilitar y conservar cualquier tipo de carretera a un menor coste económico y medioambiental, mejorando su adaptación frente al cambio climático.

Sacyr Construcción lidera el consorcio formado por las compañías Acciona Infraestructuras, Fractalia, CHM, Repsol y las pymes Inzamac, Cemosa y Solid Forest. Completan esta asociación los siguientes grupos de investigación: Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT); Universidad de Málaga (UMA); Universidad de Granada (UGR); Universidad de Castilla–La Mancha (UCLM); Universidad Politécnica de Cataluña (UPC); Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX); Universidad Politécnica de Madrid  (UPM); Centro Tecnológico del Metal de Murcia (CTM); Universidad de Alcalá de Henares (UAH), Universidad de Cantabria (UNICAM), y Fundación CARTIF.

Nuevas herramientas de análisis y predicción
Dentro del marco del proyecto, se desarrollará un nuevo esquema de instrumentación / sensorización para la monitorización dinámica del firme de la carretera. Se avanzará en el estudio y desarrollo de tecnologías para aumentar la autonomía energética y en las comunicaciones inalámbricas de los sensores embebidos en la carretera. También se utilizarán nuevas técnicas Big Data, para la definición de modelos que permitan predecir de forma más fiable el deterioro de la carretera.

La red desplegada contendrá sensores para medir variables tensodeformacionales que aportan información sobre el estado estructural del firme. Gracias al uso de sensores de temperatura y humedad, se podrán analizar la influencia de las variables ambientales en los valores de las tensiones y deformaciones del mismo. Dado que el peso también influye en la degradación de la carretera, se desarrollarán nuevos instrumentos de monitorización.

Los sensores desplegados permitirán homogeneizar y parametrizar el concepto de resiliencia aplicado a la carretera a partir de cuatro dimensiones: el tráfico, la estructura del firme (resistencia y deformaciones), estabilidad de taludes y estado del drenaje para garantizar la seguridad y el confort del usuario.

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